RETO MÓDULO 3
El reto de este módulo 3 consiste
en contestar a una pregunta: ¿cómo podemos aplicar la
“transversalidad de género” en nuestro ámbito de trabajo? El objetivo es que
reflexionemos de qué manera podemos ayudar a eliminar las desigualdades de
género en la sociedad a través de las políticas públicas que se desarrollan en
nuestro sector.
El concepto de
"transversalidad de género" o “mainstreaming”, lo entiendo como la
aplicación de la perspectiva de género en las políticas llevadas a cabo por las
administraciones públicas con la finalidad de eliminar las desigualdades entre
mujeres y hombres.
En este sentido,
¿cómo aplicaremos la transversalidad de género en mi sector de trabajo?
Yo trabajo en el sector de
Instituciones Penitenciarias, el cual está constituido mayoritariamente por
hombres. A medida que pasan los años, el acceso de la mujer a este ámbito de
trabajo está cobrando mayor fuerza. Tanto es así que en las últimas promociones
de 2018 y de 2019 más de la mitad de aprobadas son mujeres.
En el ámbito de acceso al trabajo,
antiguamente existían dos escalas para acceder al cuerpo de Ayudantes de Instituciones
Penitenciarias: la masculina y la femenina, cuerpo que se creó gracias a la Ley 36/1977, de 23 de mayo.
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de
marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, a través de su
Disposición Adicional Trigésima, declaró extinguidas ambas escalas,
procediéndose así a la unificación de las mismas.
Sin embargo, a la hora de la
organización y asignación de los servicios, aún no está consolidada la igualdad
en el trabajo, ocasionando todavía serias dificultades la organización de los
servicios de vigilancia entre mujeres y hombres. Conforme se determina en el
Real Decreto 1836/2008, en su artículo 1.2º: “La Administración asegurará la realización efectiva, por
personal funcionario del mismo sexo que las personas objeto de actuación, de
aquellos cometidos, funciones y tareas en que pudieran afectarse los derechos a
la dignidad o intimidad personal de estas”. Estas actividades, a modo de ejemplo y sin que pueda
considerarse una lista cerrada, porque es imposible hacer un listado completo y
exhaustivo, guarda relación con: la observación del cuerpo desnudo, la
palpación corporal en los cacheos, bien se realice con desnudo integral o sin
él, o la presencia física durante la realización de actos de naturaleza íntima.
Habiendo hecho referencia a esto,
para la concreta asignación diaria de servicios se deberán tener en cuenta lo
siguiente: si en una unidad se asigna
servicio a un solo funcionario, debe ser del mismo sexo que los internos
alojados en ella. Asimismo, si en
una unidad se asigna servicio a dos o más funcionarios, al menos uno debe ser
del mismo sexo que los internos alojados en la misma.
Las medidas que se podrían llevar
a cabo para eliminar estas desigualdades de género en el ámbito de
Instituciones Penitenciarias serían, desde mi punto de vista, las siguientes:
-
La eliminación de la asignación de
los servicios diarios de vigilancia al funcionario del mismo sexo que los
internos alojados en el módulo. Es decir, que el servicio de un módulo de
mujeres pueda estar perfectamente asignado a un funcionario o, por el
contrario, en un módulo de hombres lo esté una mujer.
-
En el caso de que en un módulo haya sido asignado el servicio a dos funcionarios, que ambos dos puedan ser perfectamente del sexo contrario al de internos alojados en
éste. Al igual que en el caso de antes, si en un módulo de hombres se
asigna el servicio a dos personas, que estas dos puedan ser mujeres
funcionarias, o viceversa.
-
Que se puedan realizar los cacheos,
tanto integrales como de palpación, por
personas del sexo contrario a la persona a la que se le está realizando el
mismo, sin que esto se entienda como un atentado a la intimidad personal ni a
la dignidad. No considero denigrante realizar
este tipo de cacheos a un interno del sexo contrario a la persona que lo esté
realizando, pues nos limitamos a realizar nuestro trabajo con el objetivo de
encontrar algún objeto prohibido por las normas del centro penitenciario, al
igual que lo hacemos con las personas del mismo sexo. Así como un ginecólogo
puede explorar a una mujer, o un oncólogo puede hacer un examen por palpación a
una mujer en las mamas, una mujer funcionaria puede perfectamente realizar un
cacheo por palpación a un hombre o contemplar el cuerpo desnudo en un cacheo
integral, o un hombre funcionario a una mujer, sin considerarse atentado a la
dignidad.
Las 3 Rs en mi sector laboral:
Roles: a las mujeres
siempre se nos ha considerado como personas con menor fuerza física que los
hombres. En este sentido, la asignación de los diferentes servicios de
vigilancia viene determinada en cierta medida por este pensamiento. La
eliminación de estos estereotipos facilitarían en gran medida las dificultades
actuales en la asignación de los servicios de vigilancia interior. Tengo muchas
compañeras que tienen mucho más coraje que muchos otros hombres, lo que indica
que relacionar la fuerza y el valor con el género masculino y la debilidad con
el femenino no es muy indicado, pues no es una cuestión de género, sino de la
persona en particular, independientemente de si es hombre o mujer.
Recursos: las mujeres
pueden acceder al Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias en igual
medida que los hombres. No hay ningún tipo de diferenciación en cuanto a este
ámbito se refiere. También existen muchas más áreas de trabajo en el ámbito de
Instituciones Penitenciarias aparte de la vigilancia interior, como son el
sector de oficinas, compuesto por ramas como las de tratamiento, régimen,
habilitación, etc. Existen muchos tipos de trabajo en este cuerpo, con lo que
la persona puede elegir fácilmente el ámbito en el que desea trabajar y con el que
se encuentra más cómodo.
Representación: como decía al principio, este sector en el que trabajo está compuesto mayoritariamente por hombres. Muchos de los puestos más elevados y con mayor representación están ocupados por ellos, lo que puede que a lo largo del tiempo vaya cambiando pues actualmente son muchas más las mujeres las que entran a formar parte de este sector. Así pues, muchos puestos como, jefe de servicios o subdirector de seguridad son ocupados a gran escala por hombres. Pocas son las mujeres que hoy en día ocupan estos puestos. Sin embargo, con la gran demanda de este trabajo por parte de las mujeres estoy completamente segura que los ocuparán a corto plazo.
Hola Conchi, muy interesante lo que has comentado en instituciones penitenciarias.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con eliminar que uno de los funcionarios sea siempre del mismo sexo que los internos.
Es algo que se hace por seguridad: eliminar actitudes que aprovechen su superioridad por favores sexuales o aprovecharse del "débil", o evitar denuncias falsas de acoso o agresión sexual.
Los cacheos deben ser hecho por un funcionario del mismo sexo, porque tienen que tocar genitales o zonas íntimas.
Te recomiendo la serie ley y orden, que han abarcado dicho tema, pero la realidad supera la ficción por desgracia.
Agradeceros al personal público que trabaja en instituciones penitenciarias lo que hacen con los medios que tienen, y sus condiciones laborales muchas veces lejos de su familia.