Reto Módulo 1


Reto Módulo 1

Ejemplo de desigualdad de género



El reto que se nos ha asignado en el módulo 1 de este curso trata sobre manifestar una forma de desigualdad de género en alguna de las dimensiones de nuestra vida cotidiana.

Me gustaría poner de manifiesto un ejemplo muy claro de desigualdad que, estoy segura, la mayoría de las personas utiliza diariamente en sus expresiones comunes para referirse a determinados aspectos.

En concreto, me refiero a cómo para referirnos  a algo positivo, que nos ha gustado mucho y nos ha parecido algo impresionante, utilizamos la expresión “la polla”. Sin embargo, para expresar algo que es totalmente aburrido o tedioso, que no es de nuestro agrado, hacemos uso de la expresión “qué coñazo”.

Aquí vemos cómo para hacer referencia a algo positivo utilizamos la expresión de “esto es la polla”, refiriéndonos al aparato reproductor masculino y que, por el contrario, para manifestar algo negativo, “qué coñazo” es una de las expresiones más utilizadas para referirnos a ello, haciendo referencia al aparato reproductor femenino.

Atribuimos lo positivo, lo fabuloso, a un atributo masculino pero, para referirnos a lo negativo, a lo aburrido, lo hacemos con el atributo femenino. No es casualidad que el lenguaje se utilice de esta manera. El patriarcado tiene mucho que ver en esto. El hombre, el ser superior, líder. La mujer, inferior, subordinada. Se ha hecho un uso del lenguaje coloquial haciendo una diferenciación de género basada en ese pensamiento. Se ha relacionado estas diferencias de género con dimensiones de la vida cotidiana, y con ello, se utilizan expresiones como éstas.



Si seguimos utilizando expresiones de este tipo que relacionan lo positivo y lo negativo con las diferencias de género, lo único que conseguiremos es perpetuar estas diferencias en la sociedad, hacer creer a los jóvenes que lo positivo está íntimamente relacionado con el hombre y lo negativo con la mujer.

El lenguaje es una de las armas más poderosas que tenemos para expresar muchos aspectos: nuestros sentimientos, pensamientos, ideologías, etc. Nosotros somos totalmente responsables del uso que hacemos de él y de la forma en la que lo utilizamos. Cierto es que muchas expresiones coloquiales que utilizamos diariamente para referirnos a diferentes aspectos son muchas veces ya impuestas por la sociedad, pero somos nosotros los que debemos saber qué uso le damos al mismo y en qué momento utilizarlo y si verdaderamente merece la pena seguir haciendo uso de ellas o utilizar otras nuevas. Sabiendo que estas expresiones ponen de manifiesto esta diferenciación de género al hacer uso de un rasgo físico sexual haciendo alusión a experiencias positivas o negativas, deberíamos pararnos a pensar qué otras expresiones serían más adecuadas al contexto actual que nos encontramos para referirnos a las mismas situaciones pero utilizando un lenguaje más inclusivo o, sencillamente, utilizando otro que no haga referencia a esta diferencia para expresar lo mismo.

La educación es la base para que cambiemos nuestro modo de pensar, para que expresiones como estas, que parecen de lo más naturales e inofensivas y que ya damos por hecho que son “normales”, sean vistas como una brecha en la igualdad de género.

Somos nosotros los que debemos hacer un cambio en el mundo actual si lo que queremos es que en un futuro el mundo sea más inclusivo, y el lenguaje es una herramienta básica para hacer ello posible. Estoy segura que,  hoy en día, en este mundo tan globalizado donde la inclusión del inglés en nuestro vocabulario es cada día más común, el uso que hacemos del lenguaje irá variando y evolucionará, consiguiendo con ello formas más adecuadas para referirnos a aspectos de nuestra vida sin tener que hacer uso de las diferencias de género.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Reto Módulo 5

Reto semanal Módulo 2